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Wednesday, May 11, 2016


UNA PROSTITUTA URUGUAYA



    Cada día al bajarme del auto después de un día agotador en la clínica veía a una chica de unos quince años leyendo un libro en el portal de la pensión de enfrente. Me miraba con sus bellos ojos marrones mientras me acercaba a la puerta  de casa.

    Curioso un día le pregunte si le gustaba leer.

    __ ¿Es usted medico? Lo digo por la túnica blanca que usa.

    __ SI. Pero dime. ¿Qué estudias?

    __ Estoy en el liceo. Quiero ser enfermera cuando lo termine.

    __ ¿Te es más fácil estudiar en el portal? Lo digo por el ruido de los camiones y ómnibus que pasan. Yo necesito quietud para leer.

    __ Eso sería lo ideal. Pero cuando mi madre tiene clientes en la habitación yo debo salir y aprovecho el tiempo para estudiar.

    __ Tu madre es prostituta__ Afirmo porque era obvio.

    __ Trabajadora sexual le gusta que la llamen. Hay noches, sobre todo viernes y sábado que suben muchos hombres y yo realmente no sé dónde meterme. Así que busco un foco de luz para leer.

    No supe que añadir a su historia. Quede en silencio unos segundos:

    __ Tu madre no piensa en el futuro, cuando este vieja ¿cómo se mantendrá?

    __ Ella paga un seguro de retiro. Las trabajadoras sexuales del Uruguay se agrupan a "La asociación de meretrices" para cuando los achaques vengan tengan una pensión con la cual sobrevivir.

    __ ¿Y tu madre tiene muchos clientes?

    __ Eso varía. Hay días que tiene siete y hay días que solo uno.

    __ ¿Y eso les alcanza para vivir holgadamente? 

    __ No tiramos manteca al techo pero vamos tirando.

    No supe más que decir. Sentí compasión por la joven adolescente, dije un adiós musitado y cruce la calle hacia el calor del hogar. Pensé que algunas mujeres la pasan mal pero esta niña conservaba cierta ingenuidad infantil y tomaba el trabajo de su madre con naturalidad. De seguro sería una buena enfermera.