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Tuesday, June 8, 2021

COGER LA

 

COGER LA VIDA,BY ORLANDO VICENTE TAKE LIFE, BY ORLANDO VICENTE First of all I will say that sexual love has no age from youth for women and men ... The story I'm going to tell you is real. It was told to me by the protagonist himself, who has been a friend for some years.

 

COGER LA VIDA,BY ORLANDO VICENTE.CUENTO

 




   En primer lugar diré que el amor sexual no tiene edad desde la juventud para mujeres y hombres...
La historia que les voy a contar es real. Me la contó el protagonista mismo que es amigo desde hace algunos  años.

First of all I will say that sexual love has no age from youth for women and men ...
The story I'm going to tell you is real. It was told to me by the protagonist himself, who has been a friend for some years.


   El abogado oteó entre las brumas que proporcionaba el humo de los cigarrillos y vio a una Dama ya entrada  en años que lo miraba fijamente. Era coqueta, con el pelo rizado hasta los hombros y discretamente maquillada. La mirada que casi le hacía guiños No admitía dudas.
  El abogado le respondió alzando su vaso con whisky de etiqueta  negra y ella lo segundó  alzando el suyo con algo que parecía una naranjada.
  Sin más preámbulo la Dama se acercó a su lado y le dijo con voz un poco  cascada pero seductora aun:
  -Soy Rosenda. Te he estado observando desde que entraste al local.
  -Yo soy Mr. X y también me has llamado la atención, sobre todo tu sonrisa. No eres –y perdóname la pregunta- una que busca hombres jóvenes pagando dinero para al menos para algo  caliente su cama por una noche.
   Rosenda sonrió con picardía.
    - A veces he tenido que hacerlo a algún gigolo apuesto cuya potencia de erección depende del dinero que le pague. Estoy segura, según mi experiencia con hombres que vos no eres uno de ellos, Se te vulnerable y falta  de cariño, o me equivoco.
  El abogado dudó por unos instantes en responder, no estaba seguro. Le contó que se había divorciado hacia un mes. Que su ex lo había pillado teniendo sexo con chicas en su oficina- con fotos y todo- y le planteó el divorcio. El solo pudo quedarse para  sí con una casa con jardín, un terreno para vender y su auto de lujo. El niño que tenían en común quedaba en custodia compartida.
  
 Y ahora estaba solo. No buscaba precisamente una compañera sexual. El trauma del divorcio aun no lo había superado.
  - Para decirte la verdad sería la primera vez que se me adelante una dama mucho mayor que yo.
  -¿Sabes qué edad tengo?-dijo ella.
   Míster X, sabía que eso de la edad tenía que ser cuidadoso con una dama. Pero Rosenda interrumpió sus pensamientos.
  -Tengo 85 años aunque aparente menos pero aún conservo la energía y la libido de mis años jóvenes.
     Me gusta coger todavía y que me traten como a una chiquilla como si fuera la primera vez, con cuidado pero con un poco de rudeza.
   El abogado se sintió excitado con esto último. Nunca una mujer de esa edad le había hablado así.
   - Bueno. No hablemos más. Vamos a mi casa que hoy es día libre para mi mucama y nadie nos molestara. ¿Tienes  auto? Lo digo porque veo que has bebido unos cuantos vasos de whisky y no es aconsejable para conducir… Mejor yo conduzco en el mío y después te traigo aquí de nuevo, cuando hayamos terminado. ¿De acuerdo?
  El Abogado lo envolvió un vendaval de emociones y se dejó arrastrar por la Dama hasta la puerta del Club.
  Habitualmente no se dejaba mangonear por una mujer pero  esta Dama tenía algo especial, algo que le atraía sexualmente.
   El auto era de marca cara. Rosenda lo condujo a una casa con jardín frondoso y buen cuidado. Se veía que era una señora adinerada.
  -
Te cuento algo antes de entrar. Yo he sido viuda por tres veces y no tengo descendencia. No me he vuelto a casar porque perderé la pensión de mis difuntos maridos que por cierto en la cama no eran unos atletas que digamos.
   Entraron en una habitación grande y con una cama amplia y bien tendida. El abogado se lanzó a la cama para disipar los efectos del alcohol.
   Rosenda se acostó a su lado y con pericia le bajo la bragueta y saco el pene semi erecto del abogado y comenzó una felatio en todo su potencial
  -Ponte el condón. Aquí hay varios en mi mesita de  noche.
  Se desnudó y en la semi penumbra de la alcoba le dijo:
  -Golpéame las nalgas y penétrame con cuidado. Estoy humeda naturalmente, sin lubricante.
  Y Maulló, maulló de placer.
  - Métemela dura.  Métemela dura. Mi toro de Lidia.  Anda, fuerte, fuerte. Así. Así.
   El Abogado estaba recaliente y a punto de eyacular pero ella lo contuvo disminuyendo los movimientos.
   -Espera. Espera. No tan rápido. Disfrutemos el momento.
  El Abogado obedeció pero ya estaba en los preámbulos en que no se puede detener la emisión de semen y dijo:
  - ¡Ay, que me acabo, me acabo!   
    Rosenda al ver lo que se avecinaba grito:
  - ¡Venite mi macho! ¡Dale mi amor!
 
  Los dos terminaron el acto y ambos se durmieron hasta el día siguiente.
   Cuando el Abogado vio de cerca y sin los efluvios del alcohol y vio la piel arrugada de la anciana que no aguantaba más un rejuvenecimiento quirúrgico se dijo a sí mismo.
   -Pero qué he hecho boludo.
  Rosenda despertó y se dio cuenta de la situación.
  -  Fue muy bonito lo de anoche. Te comportaste como un verdadero macho.
   El Abogado no supo qué decir. Intercambiaron los números de teléfonos.  Él se vistió. Ella con un nuevo vestido después de un baño, perfume, cremas y lápiz labial.
  Lo llevó a la puerta del Club donde estaba su auto. Se despidieron con un beso en las mejillas.
  -Yo te llamaré- dijo Rosenda.

  El abogado pensó que todo había sido una locura pero algún mecanismo de los que saben las mujeres habíase  revuelto en él y Dama se le quedó en la mente.
  Esa misma tarde Rosenda llamó al Abogado y él corrió o mejor dicho condujo lo más pronto posible a la casa de la Dama.
  Algunas mujeres, no importa la edad, conservan la gloria de épocas más jóvenes hasta su muerte. No es cierto que las ancianas pierden el libido con la edad sino que lo subliman recordando a los seres queridos que se fueron al más allá o se refugian en una religión, esta vez con fe.

  Rosenda y el Abogado continuaron viéndose y surgió una relación que se parecia al amor o semejaba a este. El teléfono no paraba de sonar con la voz de Rosenda para que no la olvidara nunca. A él Abogado no le molestaba.  Creo que lo disfrutaba.  

                                                Dr     ORLANDO VICENTE ÁLVAREZ  
cubano uruguay,genio    


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