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Tuesday, August 18, 2020

EL SABELOTODO SE RESBALA

EL SABELOTODO SE RESBALA : agrónomo en jefe, médico en jefe, ganadero en jefe y otras boberias más



FIDEL: AGRÓNOMO  EN JEFE, MÉDICO EN JEFE, GANADERO EN JEFE Y OTRAS ESTUPIDESES MAS.

   Aprovechando la influencia que tenía Fidel Castro sobre el pueblo- ya no había nadie que se le opusiera a sus absurdos inventos- su carisma comprobado, su verborrea incansable frente a las cámaras de TV o la radio, comenzó  a inmiscuirse en todo tipo de asuntos que correspondían a sus ministros u otros responsables.
  Parece que ningún adulador podía hablarle de una nueva idea para el desarrollo del país que él inmediatamente la hacía suya y la pregonaba a los cuatro vientos para que todo el mundo viera lo sabio que era y no muriera la esperanza del pueblo en un futuro  mejor.
  Primero fue el asunto de Café Caturla cuya plantación en toda la isla, incluido los patios de las casas, los balcones de apartamentos y los canteros de las aceras, resolverían  la escases del grano que escaseaba y su precio en el mercado negro rebasaba el del oro en bruto.
  Yo recuerdo cuando niño plantar el café Caturla en los jardines de mi escuela y de robarme una planta que cultivé en mi patio.
  Por supuesto que dicho café fracasó  rotundamente. No era para un país tropical como el nuestro y como las verdaderas plantas de café de las montañas necesitaba un poco de sombra de los arboles gigantes que los rodeaban. Así tuvimos Café caturla va, café caturla viene, hasta que todas  las plantas murieron en el país. Él no se hizo autocrítica  alguna pero alguna cabeza rodó. Siempre echándole la culpa de sus fracasos.
  Después le tocó el turno a la Zacarina: caña de azúcar triturada hasta hacerla polvo para alimentar el ganado. Los periódicos no hacían más que hablar de la zucarina. Al fin una panacea para alimentar el menguado ganado cuya carne estaba racionada desde el principio de la revolución y la leche más aun, solo para los niños. El agrimensor en jefe. No había nadie que supiera más de Agricultura que él. De repente   no se habló más del dichoso alimento. El ganado, acostumbrado al pasto cubano se moría con la zacarina. Alguna otra cabeza fue cortada.
  Después entro en Hit Parade la Zeolita. Una especie de pequeñas piedrecitas que se colocaban en las úlceras de las piernas de los pacientes. Entonces empezaron los discursos del comandante sobre las bondades de las zeolitas y que eran casi milagrosas. Los miembros del PCC cuando tenían heridas o úlceras decían: antisepsia por favor enfermera con antisépticos extranjeros pero no, por favor, con zeolita. Eso es para el pueblo.
  Si le llegó información sobre el uso de “gusanos” que devoraban tejidos podridos en las úlceras, no dijo nada, quizás aconsejado por un ministro osado que el pueblo estaba flaco y de contra verse cubierto de gusanos en las heridas. Era demasiado, pensarían que ya estaban pudriéndose vivos. No habló de los gusanos.     
   Después vino lo de la planta nuclear en Cienfuegos. Esta vez fue más cauto pues Estados Unidos le dijo que tuviera cuidado. Lo cierto es que se invirtieron 1000 millones de dólares en la obra hasta que descubrieron que la zona estaba en  área  sísmica y la suspendieron. Los trabajadores desilusionados, pues era lo que comandante llamaba con la frasecita “Obra de Choque” volvieron a casa y todo quedó abandonado. Fidelito, ingeniero nuclear, tuvo que cargar con la culpa en silencio pero Fidel no tuvo compasión y lo sustituyo de ingeniero nuclear en jefe. Eso se hizo en silencio pues era su hijo-Fidel dicen que no sentía  amor filial  por nadie, había nacido privado de ese sentimiento-y Fidelito pasó al olvido y se deprimió al caer en desgracia y mil millones del pueblo se fueron por la cloaca. Tampoco se hizo autocrítica alguna.
  Antes de esto se había presentado la llamada “Fiebre Porcina” en Guantánamo. Hubo que sacrificar a todos los cerdos incluyendo los sanos- mi padre tenía una crianza clandestina de pequeños cerdos en el gran patio de abuela Presenta que iba a ver cada día para alimentarlos y tuvo que sacrificarlos todos, estuvimos comiendo carne de puerco hasta que el mismo olor nos daba nauseas- Por supuesto que cayeron algunas cabezas por esto, entre ellos, hombres honestos y probos que fueron desgraciadamente a la cárcel.
  Y el comandante en jefe: silencio.
    Los pacientes ancianos llegaban desnutridos a la emergencia del hospital con edemas en miembros inferiores por la  hipoproteinemia o la falta de proteínas sobre todo procedentes de las carnes rojas. Les daban el poco alimento a sus hijos trabajadores o a sus pequeños nietos. Preferían morir ellos antes que su descendencia. Y el Noticiero en silencio y nosotros enmudecidos por el miedo inculcado durante tantos años.
   Luego inventaron un nuevo gusto para el café que el pueblo rapidamente bautizó "Cafe- Ñok, porque cuando el pueblo llano y liso lo degustaba maldecía "Coñó" o sea, sabia a mierda. 
   Yo fui a Baconao en mi auto con mi familia y otra muy amiga y vimos un cercado de crianza de cocodrilos. Cocodrilos tomando el sol por todas partes. Este recóndito sitio no se mencionaba en los periódicos ni ningún medio de comunicación. Carne fina para el consejo de Estado y para el turismo extranjero.
  Cuando viajaba a la Provincia de Santiago de Cuba veía unas vaquitas chicas y color rojo chocolate. Dicen que las había traído Raúl Castro y que eran de una raza extraña, para probar si se aclimataban y degustar ellos mismos aquella nueva carne porque para el pueblo: nada.
  Y cuando Castro se ponía a hablar de medicina. Fuácata. Habia que tragarse todas las estupideces que decia sobre enfermedades y tratamientos. Entre nosotros le llamábamos “ El comandante Medico en jefe”
    Y cuando le dio la manía de importar Búfalos de agua - a las ciénagas de STGO DE CUBA  u otro lugar, -hablaba glorias del nuevo ganado, lo bien que se adaptaba. De su carne, leche y hasta de los exquisitos quesos que se producirían.  De repente no hablo más de los búfalos. Si era carne para el pueblo o un exotismo para turistas. Ni los periódicos lo mencionaban y el pueblo, callado.

  Antes de morir, cuando aún daba discursos cansinos y casi sin energía persistía en sus ideas delirantes.
   Esta vez le tocó el turno a la criolla Malanga, tubérculo  blanco por dentro que se les  da a los niños o ancianos desde  época antiquísima. Como si el pueblo no conociera las propiedades del tubérculo él se explayaba sobre sus propiedades. Claro, con el hambre que se pasaba en el Periodo Especial tenía que hablar el Agricultor en jefe y esta vez hablando de un alimento que hacía tiempo había desaparecido de las tiendas estatales y que los más listos intercambiaban con los campesinos montaña arriba. Pues dale con la malanga. Ya no sabía a qué recurso recurrir en sus discursos. Pero de la carne. Casi fusilamiento si matabas a una vaca, aunque fuera propiedad de un campesino.
  Y así murió. Con un trozo de malanga atorado en su garganta y “su querido pueblo” añorando alimentos. Lo lloraron con lágrimas secas pues ya nadie lo quería-solo los que quieren conservar sus puestos en el gobierno-los periódicos no cesan de hablar de sus hazañas pero nunca de sus mentiras y fracaso.
  El nuevo presidente de España  Pedro Sánchez hizo recientemente un misterioso viaje a la isla, debe ser por los numerosos hoteles que tiene ese país en Cuba. La prensa cubana, léase diario Granma, lo trató fríamente y le dedico en su portada un corto artículo sobre su llegada. El resto del diario cargado con fragmentos de la vida u obra del desaparecido comandante y nada más. Cualquier semejanza con la Dinastía de Corea del Norte no es mera coincidencia.        
  Ahh. Lo último que me enteré, que un  pequeño cayo del norte pululaban “venados” como atracción turística y que un periodista pudo paladear un plato de carne del pequeño animal, carne algo seca pero sabrosa. ¿Será que el Hermano Raúl sigue su ejemplo pero en forma más discreta?

                                               Dr  Orlando Vicente Álvarez
cubano uruguayo
genio 


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