Cuando venia de retorno a Uruguay después de
unas azarosas vacaciones en Cuba, me encontré en el aeropuerto un drama que por
sus visos era sociopolítico y humano.
Me acerque a primera fila para escuchar el dialogo.
Una señora de unos cuarenta años, bella aun y bien vestida, se encontraba en la
zona del check in junto a cientos de pasajeros y se había formado un coro
alrededor de ella. Era de baja estura, peinado elegante y cutis bien maquillado
pero tenia una voz- imponente casi
gritaba_ a los funcionarios vestidos de azul que vigilaban la terminal aérea. La
señora empezó con tono conciliador y todos la escuchaban, la mayoría de los
pasajeros eran cubanos esperando
diferentes vuelos sobre todo a España y Uruguay.
El asunto era que el esposo se había descompenzado
de tanto esperar el vuelo y su Presion Arterial había subido a niveles
peligrosos y las autoridades del aeropuerto se lo habían llevado a una zona
donde la esposa no podía acceder.
___ Yo tengo que ver a mi esposo. Ver como esta con mis
propios ojos.
se __ Señora. No se le permite entrar a la sala
donde esta. Es zona restringida. ¿Usted tiene los medicamentos para la presión,
si es asi no los facilita un momento?
__ Pues yo no le voy a dar la medicina hasta
que vea a mi esposo.
__ Pero entienda. No puede pasar.
__ ¿Cómo que no puedo pasar? ¿Es esto una
fortaleza militar?. Hagamme el check in del pasaporte y las valijas y déjenme pasar
si no quiere que se le arme un escandalo delante de todo el mundo.
__ No puede. Son ordenes que vienen desde
arriba. Inviolables.
La señora subio la voz y se mantuvo firme.
Ya la rodeaban un grupo de funcionarios y funcionarias y policías del
aeropuerto.
__ Denos la medicina, por favor, su esposo esta
mal.
__ Pues si esta mal con mas razón me deben
dejar pasar pero si hay un medico ahí tendrán medicamentos antihipertensivos o
es que la miseria en que esta el pueblo también alcanza a los aeropuertos.
Los funcionarios se miraron pero la
señora era imparable
__ Yo vivo en un país democrático y puedo
hablar sin miedo lo que venga en gana. Si quiere puedo llamar al embajador y
hasta el mismo Presidente de la Republica. Es mi derecho. No soy como ustedes
que tienen que meterse la lengua por el orto.
Una funcionaria le pregunto al de al lado
que significaba la palabra. Ya habia gentio alrededor de la señora. Todos
escuchaban pero nadie se atrevia a abrir la boca. Una chica joven vestida de
jinetera intervino:
__ Yo soy revolucionaria pero tengo ciudadanía
española pero la verdad que este vuelo se ha tardado bastante.
Los demás asintiron pero ninguno abrió la
boca. Era el típico chantage a que somete el régimen comunista al exilio: no
hablar mal de la Revolucion para que lo dejen entrar y eso esta arragaido en la
mente de la mayoría de los exiliados.
La señora se mantenía en sus firmes, no
entregaria la medicina.
__ Señora.Usted quiere viajar hoy__ Le dijo
un policía de alto rango. Pero eso no amedentro a la Uruguaya.
__ Claro que si. Con todos mis derechos
internacionales. Usted cree que es la primera vez que viajo por el mundo. Se
cuales son mis derechos y es estar con mi esposo. Si se complica la culpa es de
ustedes y lo demandare por ello.
Los guardias conferenciaron entre ellos.
__ Si ustedes no hacen nada es que son una
pila de mierda. Asi se los digo. Pila de mierda, pero la medicina solo se la dare
a mi esposo que no tiene una asistencia de una de las potencia medicas del
mundo. Todo es mentira. Pura propaganda.
Ya eran como mil gente congregada alrededor
de la señora y su voz fuerte y robusta llegaba a todos los rincones con el
silencio que reinaba. Al fin el policía de alto rango hablo con los funcionarios
y orderaron a la Uruguaya que pasara al recinto donde estaba su marido y todos
nosotros los que viajaban a Uruguay la seguimos como unos automatas por aquella
valiente mujer que le había dicho cuatro verdades a las autoridades y nosotros
con nuestro mutismo eramos victimas aun viviendo lejos, con nuestro silencio,
de las atrocidades del Castrismo.
DR ORLANDO VICENTE ALVAREZ
CUBANO URUGUAYO GENIO
CUBANO URUGUAYO GENIO